SERVICIOS PÚBLICOS BÁSICOS

La reversión del flujo de personas desde los pueblos a las ciudades debe incentivarse, haciendo que éstas marchen de las ciudades a los pueblos. Pero ningún incentivo es mayor que el tener unos servicios básicos de primera línea. Y hoy por hoy, quien puede dotar al medio rural de dichos servicios sólo puede ser el sector público. Es en la Sanidad, en la Educación, en las Infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, redes de telefonía e internet, etc.) o en la Seguridad Ciudadana, en donde más se ha notado la deserción del Estado respecto a sus obligaciones con las personas que viven en el medio rural en las últimas décadas, y es su obligación alejarse de una vez de la concepción de eficacia y eficiencia económica cuando se refiere a los servicios públicos básicos y fijarse mucho más en la eficacia social y ambiental de las inversiones y el logro de los objetivos verdaderamente importantes para todos. Si la Administración logra proporcionar una Educación de primera línea, con profesores comprometidos y estables en su puestos de trabajo, una Sanidad moderna con suficientes medios humanos y materiales, descentralizada y garantizando la mejor atención posible, unas infraestructuras que redunden en la comodidad y en la productividad, y una seguridad ciudadana y del medio ambiente realmente disuasoria para los delincuentes, amén de una promoción cultural de nivel y los espacios necesarios para que los jóvenes socialicen y las personas mayores encuentren los cuidados necesarios a su condición, no sería necesario nada más. Los servicios públicos pueden y deben ser la mejor herramienta del reequilibrio territorial.