DESPOBLACIÓN

Un porcentaje muy alto de los municipios segovianos está sufriendo un proceso de despoblación imparable, circunstancia compartida por casi todas las provincias españolas con marcado carácter rural. Si esta situación continúa traerá gravísimas consecuencias para el conjunto del estado a nivel social, ambiental y económico. El hacinamiento, la contaminación, las prisas, el ruido, traducido en stress y enfermedades es el precio que el ser humano está pagando por verse obligado a vivir en las grandes urbes, pues sólo éstas parecen ofrecer las oportunidades de progreso, ocio y de realización de proyectos vitales que todos ansiamos en nuestras vidas. En ellas se han concentrado las inversiones y se han localizado los mejores servicios, de un modo que ha sido incesante y acelerado desde los años 50 del pasado siglo. El proceso se ha podido alimentar gracias al flujo constante de personas, atraídas por esas oportunidades que ofrecía el mundo urbano, que se han dirigido desde los pueblos del interior hacia lugares como Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia o Zaragoza, y sus zonas metropolitanas, y las zonas costeras, que han visto multiplicarse enormemente su población. Hoy día el proceso continúa, pero cada vez quedan menos personas en el medio rural capaces de alimentarlo y con el crecimiento vegetativo en el territorio español en números rojos, incluso las ciudades pequeñas empiezan a perder población.